lunes, 28 de diciembre de 2009

la caricia rusa

Una historia ecuestre , que cuenta Pierre Chambry , en Aires y sentimiento, nos dice más o menos así:"Estando preparando las olimpiadas de Roma 1960, le llamo la atención un jinete ruso, que montaba mañana y tarde incansablemente a su caballo , Absent. El caballo, estaba allí siempre atento, alegre, lleno de energía, infinitamente disponible, en perfectas condiciones, sin recibir nunca la menor caricia. Y sin embargo parecía ir por delante de las intenciones de su jinete, desbordante de buena voluntad, orgulloso de si mismo.
Acabo preguntándole:"¿Ni una recompensa? ¿Por que?
La respuesta llegó del ruso, lacónica "Siempre!". Salió al trote intermedio, y sin perder contacto con la boca, abrió el dedo corazón de su mano derecha para rascar cariñosamente la cruz del caballo, futuro medalla de oro.
Los jinetes debemos recompensar inmediatamente los aciertos del caballo, para que él retenga como eso que acaba de hacer nos agrada. Normalmente , veremos como después de una prueba hipica el jinete da unas palmadas en el cuello del caballo
Todos los centauros sabemos que montar consiste en sentir y hacerse sentir entre jinete y caballo hasta los pálpitos.
Entonces: ¿Por qué necesitamos agradecerlo con grandes gestos?
Si el caballo identifica exactamente igual, las palmadas que el leve roce del dedo
De la misma forma, un amigo hace poco un amigo pasó una mala temporada, en la que tuvimos largas conversaciones, de remontar autoestimas.
Hace unos días nuevamente recuperó su ser, y apareció cuando estábamos un grupo de amigos, de callejeo. Entró en el circulo, explicando a todos que ya se encontraba mejor, contento de sentirles, y echar risas.
Nadie lo percibió, pero mientras hablaba alegremente, me rasco un ratito el lomo.
Yo también he entendido lo grato de entender "la caricia rusa"
Estamos, en esos dias de grandes palmadas en el cuello, con feliz... ya sabes lo que te quiero..., beso, abrazo, sms, espero que...
En estos dias de la gregariedad, aprendamos de los expertos gregarios, de cuatro patas, y buscar el hueco entre las crines, para rozar el alma del miedo ajeno , a estar solo.
Los vereis galopar redondos, firmes, seguros, futuros medallas de oro

11 comentarios:

  1. Al margen de la idea general de la historia, qué bonitos me parecen esos gestos que nadie percibe excepto el receptor y el emisor...

    Son días de aspavientos, pero en el fondo todos sabemos donde podemos encontrar caricias rusas...

    Besos.

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  2. Que bonita historia Ixilik y que bonito lo que contiene.
    Ves?, que más puedo pedir para empezar un día que sonreir por dentro?
    Gracias.

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  3. Quisiera, creo que urgenos Doctores, eminencias en ello que enseñen al mundo tal necesidad.
    Al menos quiero estar seguro de saberlo yo.

    Que bellos momentos verdad?

    2046

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  4. Siempre he desconfiado de los grandes gestos, las grandilocuencias tienen en sí algo de falso, de gestos de cara a la galería, mientras que las pequeñas cosas son cálidas y reconfortantes.

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  5. pues yo he empezado sonriendo como Rosa y al final me he desbordado, fijo que antes de tiempo :(, pero :), qué tierno... no digo lo primero, sino lo tuyo snif

    besos buscando abrigo, para salir ---->

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  6. Ese gesto de complicidad entre dos es, por escaso, magnífico. Por qué no hay más???

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  7. Me ha gustado tu mensaje de sobresalir entre tanto pensamiento único... ¡Por un 2010 sin gregarismo!

    Un abrazo

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  8. Como gustan esas pequeñas caricias intencionadas pero que pasan desapercibidas para el resto del mundo, sin esperar recompensas vacias a cambio, hechas solo para ser recibidas por la persona que sabe apreciarlas.

    Muy chulo nene.

    Feliz año.

    Besicos

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  9. sí, todos los "centauros" sabemos que montar consiste en sentir y hacerse sentir entre jinete y caballo "hasta los pálpitos"...
    ojalá hayas entrado en el año montando a placer, y que te traiga el 2010 algunos de tus deseos. sólo algunos, que tpc hay que abusar...

    feliz año
    y un abrazo.

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  10. Pues a acariciarnos rusamente, para ver si agradeciendo recordamos, o recordando agradecemos, y poblamos el erial de buenas montaduras y deliciosos jineteos

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