En la vida, las decisiones, se te complican y se hacen mas transcendentes, y difíciles, por ser imposibles de decidir sin hacer daño, haciéndote sin remedio, daño a ti mismo.
Te estás duchando, y mientras el agua caliente te pega a su cortina de dedos juguetones, que no entienden de escondites secretos, pues todos los encuentran y fisgan, veo una telaraña en la esquina, con su araña en su esquina al cuadrado.
Una mosquita se acerca y da vueltas en zona segura si entrar en la trampa.
Tu experiencia te dice que la locuela, tarde o temprano caerá. Y tú, gran hermano de la vida, que sabe detrás de que puerta se esconde la Ruperta, puedes decidir, salvarla.
Pero por otra parte eres macho racional, admirador de los cocodrilos de la 2 , y sabes que no debes intervenir en la naturaleza. Después de todo la araña también tiene su derecho a vivir, en contra del de la mosca.
Y todo esto es TERRIBLE

Pero aun así hay algo mas terrible. Por tu condición de gato, has sobrevivido a muchas telarañas, y sebes que cuando las entras, élla vendrá, te envolverá en suave seda, y con un beso dulce se llevará tu alma de fellinia, por más que claves tus uñas... Pues puedes arañar a la araña, en nuestro mundo se entiende, que no mata, pero duele.
Y aun así marcados aun los arañazos de la clavada final, en la brillante telaraña, te vueles a lanzar con tu sesta vida, contra la tensa tela, para asegurarte que note tus vibraciones.