miércoles, 10 de diciembre de 2008

Montar tu sueño




Como no, empezaremos por cuando era niño. Una de mis principales características era mi afición al caballo. Reyes , cumple, películas, ... todo eran caballos.
Podía pasar horas en una campa, intentando acercarme a una tranquila yegua percherona. Mientras los demás corrían normal, yo pegaba palmadas en mi trasero, arreando el caballo que yo sentía galopar debajo.
Y como no, soñaba siempre con caballos. Caballos froidianos, que por alguna razón no andaban.
Así pasaron los años, y mi madurez fue asimilando mi origen de familia trabajadora, que no podía plantearse un sueño. (ni dos, ni tres..) aunque me dieran mas de los que podían o debían, y seguí soñando con ellos, intercalándolos entre los sueños desahogantes de adolescente.
Años después, ya pudiendo negociar mis sueños, empecé a montar en un picadero, hasta que como todo currela debe hacer, desafié al destino, intentando asaltar a mis complejos.
Así que un año despúes, y tras mil cuentas, mil saber a que renunciar... me fui asesorado por un amigo a un hiper de los caballos. Y allí apareció El, aun yo no sabia que era mi sueño , porque cualquier caballo me emociona y me enamora, pero éste sería distinto a todos los que montaría posteriormente. Naturalmente alazán tostado , pura sangre inglés (cualquier aficionado sabe, que no son los mejores...), nerviosisimo...
Así pasaron diez años en los que a diario montaba en mi sueño, en un sueño hermoso, que me tiró mil veces (tantas como volví a montar), que me trasmitía sus miedos, que captaba los mios, que llego a confiar en mi, y aveces yo en él. Eramos lo mas inútil del mundo, claramente nunca ganariamos un concurso de nada, pero era montar en él y ponerme contento, y sentir, y sentir y sentir.
El envejeció más rápido que yo , por lo que una lesión me obligó a jubilarlo en la campa, y yo seguir montando a otros, que nunca me darían ya lo mismo.
Como era un pupas, el veterinario nos visitaba cada tres meses, porque no sabia vivir al aire libre (al principio , el campo le deprimía). Hasta que un día de abril, y como no era un burro, tropezó por segunda vez en una piedra, de la que sobrevivió la primera vez por milagro, y se cayó por un puentecito...
Nunca olvidare cuando llegue a la campa, vi a los demás caballos y........ lo sabes, corres por todos lados queriendo buscar un sitio por donde haya podido escapar, pero sabes que era gregario y miedoso....... una marca de resbalón......
Eso si, como buena vedette que era, supo organizar seguido, una tormenta con arcoiris precioso, y movilizar a tres patrullas de la hertzaintza para sacarle del arroyo.
En fin lo llore todo.Todo lo que me hizo sentir durante años en el campo, en el salto, en los concursos que nunca terminábamos, salió a trompicones.
Naturalmente si es lo primero que escribo aquí , tenia que ser con algo que me diese para hblar una vida, porque lo que montando en un sueño no se desmonta en una vida

1 comentario:

  1. Mira: sinceramente: creo que no voy a comentarte nada. Sólo que me ha emocionado.
    Leer este precioso texto ha sido como encontrar un tesoro. Lo mismo que pensé hace unos días cuando tuve el lujazo de conocer a su autor.
    *-Algún día te hablaré de "mi relación" con los caballos. Hoy no.
    Muchas gracias por el texto...y por más cosas. Un abrazo.

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